lunes, 28 de mayo de 2012

La hora de los jóvenes

La hora de los jóvenes

Raúl Arias Lovillo

Juventud, democracia, participación ciudadana, libertad de expresión, manifestación de las ideas, pluralidad, conciencia social, tolerancia, respeto. Son conceptos que resuenan sobre el territorio nacional. Los tiempos actuales motivan a la reflexión serena y sin sobresaltos.

En la Universidad Veracruzana apenas hace unas semanas, realizamos un ejercicio democrático que nos permitió visualizarnos en nuestra justa realidad desde las complejidades propias de cada uno de nuestros campus.

Lograr un debate colectivo, crítico, entre todos los miembros de la comunidad universitaria y respecto de todos los temas que a ésta interesan no es fácil, pero es nuestra obligación como institución de educación pública.

A partir de esa experiencia de participación y reflexión democrática y académica, el Foro Universitario, ha sido posible asegurar con toda certeza que, a través de un ejercicio plural y autocrítico, se pueden generar políticas universitarias de largo alcance.

A través de un equilibrio de expresiones, logramos encontrar puntos de acuerdo y logramos vernos de manera objetiva, reconociendo nuestros logros en el esfuerzo individual y colectivo, pero también haciendo énfasis en nuestros pendientes.

Las recientes manifestaciones de los jóvenes en diversas partes del país –que algunos observan con cierto malestar y que otros califican de intolerancia– es uno de los fenómenos de la globalización del que México no puede estar ajeno.

El reacomodo del mundo después de la caída del socialismo en 1989, generó resultados positivos, dio al mundo mayores oportunidades, se abrieron fronteras y mercados, pero dejó rezagos y generó desequilibrios a favor de las fuerzas más poderosas del mercado.

México es un espacio donde hay necesidades sociales urgentes qué atender, problemas crecientes que se deben resolver de inmediato y acerca de los cuales los jóvenes tienen mucho qué decir. En las protestas estudiantiles, por difusa que aparezca, la demanda de certidumbre en el futuro está presente. Los jóvenes son sensibles a la situación de inseguridad y de falta de expectativas de empleo.

Es por eso que México tiene que caminar un proceso de crecimiento sostenido que procure mejores condiciones materiales para la población. Sabemos que es posible construir un país menos desigual con base en los valores del respeto y la legalidad, descartando las políticas que benefician a unos cuantos.

Nuestros jóvenes tienen exigencias de carácter prioritario: empleos dignos que satisfagan sus necesidades personales, culturales, educativas, de entretenimiento, que les permita plantearse alternativas de futuro. No debe costar mucho trabajo saber que la inconformidad de los jóvenes tiene que ver con el crecimiento mediocre que ha vivido el país.

No obstante, tenemos ejemplos muy claros de países que han logrado que más del 50 por ciento de su población, después de siglos de pobreza extrema, pertenezcan ahora a la clase media. Son precisamente los casos de varios países de Asia, de América Latina como Brasil y Chile, que se han atrevido a dar el salto con reformas económicas y fiscales de gran calado, los que han logrado salir de la mediocridad y generar un clima de estabilidad política y social, clima que en México está en permanente tensión.

Con los candidatos
Como ustedes saben, los rectores de las universidades públicas y privadas del país nos reunimos con los cuatro candidatos a la Presidencia de la República. Ahí, entre otras demandas, propusimos un financiamiento multianual que dé mayor certidumbre a las instituciones de educación superior, que se ponga el dedo en el renglón en un aspecto que es fundamental para contribuir al desarrollo del país que todos queremos.

Para mejorar la calidad de la educación superior –lo cual no sólo implica incrementar la cobertura– nuestra meta es alcanzar por lo menos el 1.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en 2017.

Nuestra propuesta, que es la propuesta de la ANUIES, nos permitiría una inversión con la que las IES podrían impulsar proyectos de crecimiento de infraestructura y matrícula, así como de investigación y docencia y nos permitiría para el 2020 atender al 50 por ciento de los jóvenes en edad de cursar estudios superiores, garantizando presupuestos multianuales que requieren de una inversión de 17 mil millones de pesos anuales, a partir de 2012.

Un país menos desigual requiere de regiones competitivas, que posicionen al país en su conjunto en altos niveles de desarrollo frente al mundo. Eso se puede conseguir construyendo conocimiento y fortaleciendo la educación, la ciencia y la tecnología. Quien sea Presidente de México, tendrá esa gran responsabilidad. Y esa gran oportunidad.

Los jóvenes tienen sueños
Tengo un gran respeto por las manifestaciones culturales o políticas de los jóvenes. Sobre todo cuando tiene la marca de la pluralidad y el respeto a la legalidad. Están en su derecho y se están equivocando aquellos grupos o partidos que creen que pueden ser manipulados.

Tienen sus propias propuestas y, como todos los que fuimos jóvenes, sus propios sueños. Así como los nuestros fueron los de los años sesenta, hoy las nuevas generaciones demandan más democracia y más libertad. Rechazan y exigen, sin más límite que el de su generosidad y su imaginación. Es el tiempo de los jóvenes. Ahí están. Con sus ideas, sus propuestas, sus sueños, sus inquietudes. Dejémoslos ser.

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